Centro Transpersonal de Buenos Aires

Directora: Lic. Virginia Gawel

Qué no es Psicología Transpersonal

Siendo que esta Psicología tiene un enorme valor académico y clínico, es una pena a veces observar cómo se la confunde con temáticas que no guardan ninguna relación con ella, pero, para la mirada no experta, pueden asimilárseles.

Señalemos algunos puntos clave de este tema:

- La Psicología Transpersonal no es una “carrera”, sino una especialización.

Parte de la confusión deviene de que, sin regulación alguna, hay quienes ofrecen “diploma” de “Terapeuta Transpersonal” (hasta con “Colegio de Profesionales”!!) a quien no tiene una formación de grado (siendo esto tan riesgoso como ser atendido por un Odontólogo al que le hayan dado un “título” luego de una serie de cursos, “intensivos” o no!).

La Psicología Transpersonal es una especialización académica (como puede serlo la Psicología Cognitiva, la Sistémica, la Lacaniana o cualquier otra). Por eso es importante que, quien se sienta afín a este paradigma, sepa que sólo puede ejercérselo en la atención de pacientes teniendo una capacitación de grado previa (en Psicología, Counseling, Psiquiatría, u otras disciplinas). Esto no quita que alguien pueda aproximarse a estos aprendizajes para implementarlos en su vida cotidiana, ampliar su identidad, desplegar su mundo interno, y vincularse con personas en similar proceso de Búsqueda. Pero saltan a la vista las diferencias de ambas concepciones.

- La Psicología Transpersonal no tiene que ver con temas que corren por otro carril…

No es raro encontrar ligado el nombre de “Transpersonal” a asuntos que tienen que ver más con el pensamiento mágico (o sea, en la distinción de Ken Wilber, pre-personal y no trans-personal). Así, encontramos que quien tira el tarot, o “está conectado con Maestros Ascendidos”, lee vidas pasadas o futuras, abre chakras y cierra “energías negativas”… se autodenomina “Transpersonal”. Gurúes instantáneos, canalizaciones inconstatables, “intuiciones” imaginarias… todo se mezcla en nombre de lo Transpersonal, desacreditando algo tan preciable como es este paradigma.

Hay un lugar para cada cosa, y personas para cada lugar; pero ése no es el lugar de la Psicología Transpersonal. Cuando nos sumergimos en el estudio de autores que van dando forma a este enfoque desde hace tantas décadas, encontramos solidez académica, interrelación con ámbitos científicos (Neurociencias, Antropología, Biología, Física, Educación…

Y aún así será cuestión de buen criterio ir recorriendo camino para saber cuándo alguien está hablando desde un saber profundo, y cuándo utiliza palabras que suenan a académicas, pero sólo disfrazan lo que no tiene sustento. Así, encontramos “sanadores cuánticos para el encuentro de tu alma gemela en base a las Neurociencias de los hemisferios cerebrales”… haciéndose una gran ensalada entre lo que tiene respaldo y lo que toma los conceptos sólo para edulcorar lo que está hecho de otra sustancia.

Esto que enunciamos no tiene la intención de herir las creencias de nadie, sino la de acompañar a quien está buscando algo de otra índole, para que desemboque en autores que le van a ayudar con su linterna a alumbrar el camino, más que a confundirse. (Ofrecemos en la sección “Libros amigos” una larga lista de quienes internacionalmente son reconocidos como autores valiosos en la difusión del paradigma Transpersonal.)

De hecho, en todo el mundo hay un consistente movimiento de distintas Asociaciones de Psicología Transpersonal para desbrozar sus valiosos aportes de todo ese enredo. Apoyamos plenamente esa iniciativa y somos parte de su mano de obra, procurando hacer toda la difusión que esté a nuestro alcance, ponderando nuestra propia ignorancia acerca de muchos temas que vamos aprendiendo poco a poco… (para luego descubrir que ignoramos otros, pues este paradigma es vastísimo!).

- La Psicología Transpersonal tiene que ver con el uso de sustancias psicoactivas?

Desde el abordaje del CTBA, decididamente no recomendamos ese camino. Si bien hay científicos que estudian los valores terapéuticos de algunas sustancias, en la mayoría de los casos cualquiera de ellas puede resultar altamente peligrosa, desestructurando el mundo interno, desorganizando la psique, y conduciendo a un “turismo espiritual” en el que se abren puertas que a veces luego son difíciles de cerrar.

Hay también una moda referida a las “plantas maestras” (peyote, ayahuasca y muchas otras), con retiros para tener “experiencias de ampliación de conciencia”. Estas propuestas pueden ser muy seductoras… pero sus consecuencias sí las conocemos quienes trabajamos en el área terapéutica y recibimos a quienes tienen un “mal viaje” del cual no siempre es fácil hacerles regresar.

En nuestro criterio, la conciencia sí necesita ser ampliada, pero existen muchísimas prácticas que apuntan a ello de modo gradual, con ejercicio interno cotidiano, tomando la vida como ámbito de aprendizaje. Algunas de esas prácticas tienen siglos, otras son resultado de recientes investigaciones. Muchas se realizan por sí mismo, en la propia intimidad (como la medidtación o la autoobservación); en otros casos es necesario contar con la guía adecuada de un terapeuta experimentado que sepa ponderar si la técnica es para esa persona, en ese momento de su vida, y en qué intensidad es aconsejable que se sumerja en ella (a sabiendas de que es importante no movilizar más de lo que se pueda contener.)

El sentido común, el asesoramiento adecuado con las personas adecuadas (donde quiera que sea), y el compromiso de querer explorar sin buscar “fuegos artificiales” de la conciencia, van otorgando la posibilidad de transformar, -sin sustancia alguna y poco a poco!- la visión que se tiene de sí mismo, de lo que uno a transitado, y del Sentido de la propia vida en su más pleno significado.

Desde el CTBA creemos indispensable que esta Psicología sea reconocida en todo su valor, y enseñada en las Universidades por docentes que la conozcan en profundidad. Una Psicología sensible, con herramientas terapéuticas que van más allá del intelecto, y un modelo del Inconsciente desde el cual se resaltan las cualidades más sanas del individuo, para que se apropie de ellas y desde ellas haga su aporte al Todo.